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Está demostrado que la gente positiva se deprime con menos frecuencia, tiene más éxito en el colegio y luego en el trabajo y, curiosamente, es más sana físicamente. Este rasgo de la personalidad puede transformarse en una forma de antídoto psicológico contra una serie de problemas de la vida.
Si hiciéramos una encuesta entre padres y le preguntáramos qué desean por encima de todo para sus hijos, la mayoría respondería «que sean felices y disfruten de la vida».
Pero si todos queremos que los niños cultiven esa actitud ¿por qué los trastornos psiquiátricos infantiles van en aumento?, ¿qué es lo que estamos haciendo mal?
Quizás la respuesta esté en la manera en que hemos decidido vivir y cómo le estamos enseñando a nuestros hijos a hacerlo. No parece lógico pedirle a ellos que cultiven el optimismo mientras nosotros nos atiborramos de píldoras para superar la tristeza, la tensión o el insomnio. La clave, más bien, está en cambiar de onda y predicar con el ejemplo. A ser positivo se aprende. No sólo lo dice la campaña impulsada por el Gobierno para levantar el ánimo a los "deprimidos". También lo aseguran especialistas, que han rescatado un concepto de difícil pronunciación: la resiliencia para decirnos que a la hora de educar a los hijos, nuestra mirada debe estar puesta en sus recursos y no en sus falencias.
Verónica Gazmuri, terapeuta familiar, Valeria Sepúlveda, sicóloga clínica y Eliana Acevedo, directora del jardín infantil El Principito, nos entregan un cúmulo de ideas para poner en práctica.
¿Por qué no empezar ahora mismo?
Los niños son tremendamente sensibles, ellos calan hondo, y lo que tu dices es la verdad de la vida. El papá y la mamá les están formando la ética y la moral. Por lo tanto los que tenemos la obligación de enfrentar la vida de una manera positiva somos los adultos y a los hijos tenemos que entregarles los principios básicos de aceptación: "yo te amo, siempre, aunque te portes mal", "tu eres bueno, siempre, aunque estés siendo desobediente". (Eliana Acevedo)
Todas las edades son claves y sobre todo las primeras, porque son los momentos dónde se produce la impregnación. Que el niño sea recibido con amor, tratado con afecto, con un cariño que es expresado a través del lenguaje, de gestos, de estímulos y, por lo tanto, que viva su temprana infancia en ese clima es algo que le va a quedar para siempre.
Las vivencias concretas quizás a futuro no las va a recordar, pero sí va a tener el sentimiento, la confianza básica. Así, el niño tomará cada siguiente etapa de la vida y los aprendizajes que a ella correspondan, con una mayor seguridad en sí mismo, de tal manera que será más probable que le vaya bien en esos aprendizajes. Así es cómo se va creando un círculo virtuoso. En la medida que te sientes bien y te va bien, tienes muchas más posibilidades de que la próxima tarea que emprendas y en las relaciones que establezcas te vaya bien. (Verónica Gazmuri)
Los primeros años de vida son estructurantes para la personalidad y podemos en este tiempo o bien aprender a ser felices y disfrutar sanamente de la vida o todo lo contrario. Aprendemos a ser infelices y a sufrir cuando recibimos de nuestros progenitores mensajes que condicionan actitudes frente a la vida y nos hacen ver su lado gris: "en la vida se sufre ", "lo que no cuesta trabajo no vale", "debemos sacrificarnos por los demás", "la vida es un valle de lágrimas", "quien te quiere te aporrea", "niño chico, problema chico. Niño grande, problema grande", "disfruta ahora cuanto puedas, porque cuando crezcas ya verás".
Además tendemos a separar la realidad en polaridades (lo bueno v/s lo malo, lo bonito v/s lo feo) en lugar de aceptarlas como partes complementarias de la realidad. Creemos en la ilusión de que podemos llegar a tener sólo la parte linda de la vida y eso frustra mucho. (Valeria Sepúlveda)
Autor: Antonia Alvarez
1. La Inteligencia.
Hay personas bastante inteligentes que apenas necesitan estudiar, así como otras para quienes - parece - que estudiar no es lo suyo. Pero lo normal es tener una inteligencia media y los buenos resultados se obtienen con una motivación adecuada que facilite el esfuerzo que supone estudiar.
Piensa cuáles son las razones que tienes para estudiar. Cuanto más valiosas, mejor. Sin voluntad de estudiar, no hay nada que hacer... y los motivos que tengas para estudiar son decisivos.
2. No tengo voluntad.
Es algo que le ocurre a mucha gente de tu edad y que tiene que ver con los cambios que se dan en la adolescencia. Hay muchísimas otras cosas que son más divertidas. Pero te estás jugando el futuro... en unos años decides lo que vas a ser el resto de tu vida...
Hay alumnos que han repetido curso con buenas notas... Han cambiado, tienen un motivo. Así como tú lo tienes para oír música, hacer deporte, irte con los amigos y amigas... debes tenerlo, para estudiar. Y ese motivo ha de salir de ti. Los premios y los castigos pueden ser eficaces, pero a la larga no son lo decisivo. Si tienes voluntad, pero hay que ejercitarla
3. Las técnicas de estudio.
Habrás oído hablar o lo habrán dicho de ti: “este chico no sabe estudiar”. Hay maneras de aprender a hacerlo, muchos libros, páginas web, la ayuda de un profesor de tus padres. Pero en el fondo, todo es sentido común, incluso esto mismo que te estoy diciendo. A estudiar se aprende estudiando y tú mismo verás cuales son los sistemas que te van mejor. Si quieres aprender algo más, sigue leyendo.
4. Lo más básico.
Necesitas un lugar de estudio tranquilo, donde todo esté a mano, con una silla cómoda y luz suficiente. Y nada de música, ni TV. No te engañes, con música no se puede estudiar: puedes dibujar, copiar..., pero no memorizar ni concentrarte. No te levantes a cada momento..., persevera sentado al menos 45 minutos. Luego descansa 5-10´ y... sigue.
Y también un horario. No tiene por qué ser rígido, a de ser flexible pero lo normal en secundaria es que gastes entre media hora y un ahora para hacer las tareas y tres cuartos – un ahora para estudiar “de codos”. Si entre lunes y viernes no has obtenido 10-12 horas de estudio, el fin de semana hay que recuperar. Y algo más en tiempo de exámenes. Deja, si puedes, para el fin de semana las tareas que te lleven más tiempo: Una lámina de dibujo, un trabajo para una asignatura.
Es una pena que pases el tiempo haciendo como que estudias cuando tu cabeza está muy lejos. Deja de soñar despierto. Aprovecha el tiempo y luego, podrás hacer muchas otras actividades.
5. En clase, Los apuntes.
Es una tontería perder el tiempo en clase. Si aprovechas ese rato, tendrás mucho adelantado. Si, por alguna razón, os dejan tiempo libre, de estudio, adelanta tarea.
Puede que el profesor siga el libro: en ese caso toma notas de lo que dice, de aquello en lo que insiste. Si da apuntes, sigue atento y toma nota e todo lo que puedas, con sentido común. Subraya aquello que repita, es lo que considera básico.
De una manera u otra, luego tendrás que repasar lo que has escrito –no hace falta que lo pases a limpio- pero deja claro el tema de modo que lo entiendas, ahora y dentro de unos meses. Si has faltado a clase o tienes los apunte incompletos, pídeselos a un compañero.
6. Memorizar.
En la mayoría de las asignaturas tendrás que estudiar “de codos”, memorizar los contenidos de las lecciones. No intentes aprenderte algo que no entiendes; por eso es tan importante lo que te dije en el punto anterior.
Cada persona tiene su propio sistema para fijar en la memoria las lecciones: leerlo en voz alta, repasarlo varias veces e intentar repetirlo sin mirar el texto... lo importante es que tengas en cuenta que no te sabes un tema si no eres capaz de explicarlo. Y es muy conveniente que estudies cada día lo, explicado en clase. Así te será más fácil, pues los tienes “frescos” en la memoria y es mejor aprender un texto corto que enfrentarte a un montón de páginas cuando lleguen las épocas de evaluaciones.
7. Los exámenes.
Se dice por los profesores que el curso se aprueba en Septiembre. No valen excusas: ya estudiaré cuando llegue el examen es un enorme error.
Si estudias cada día cuando llegue el momento del examen sólo tienes que repasar conocimientos ya adquiridos, recordar lo que ya sabes. Si lo dejas todo para el final, acabarás con la cabeza llena de fórmulas, definiciones, fechas, etc... un caos.
Los exámenes son de distintos tipos: hay que preparar cada uno de modo diferente. Auto examinarse da buen resultado.
Duerme bien la noche anterior al examen, ni se te ocurra tomar ninguna pastilla - lo pagarás muy caro -. Así evitarás el nerviosismo y el cansancio. Tampoco es bueno hacer comentarios con los compañeros momentos antes de empezar el examen: sólo conseguirás convencerte de que no lo llevas bien preparado y te pondrás más nervioso aún.
Lee detenidamente las preguntas antes de lanzarte a responder, incluso hazte un pequeño esquema siquiera mentalmente. Si te es posible, responde primero las preguntas más fáciles y deja para el final las que no te sabes bien. Esto es especialmente importante en problemas de matemáticas, física, traducciones... Muchas veces gastas todo el tiempo de que dispones en hacer un problema y dejas el resto en blanco.
Comprueba los resultados, las unidades, la ortografía. No te precipites en entregar: usa todo el tiempo de que dispongas.
8. Para estudiantes de ciencias. Los problemas.
Aunque es difícil dar una regla común, en matemáticas, Física, química muchas pruebas incluyen problemas: a partir de unos datos tienes que hallar otros, mediante una fórmula o varias.
En primer lugar has de elegir la fórmula adecuada, luego sustituyes las variables por los valores que te den ( ¡ Las unidades!) y te quedarán una o varias incógnitas para despejar. Hazlo con sumo cuidado y repasa los cálculos: es muy probable que te pidan los resultados exactos, y no bastará con que la solución esté bien planteada.
9. A pesar de todo, no consigo buenos resultados...
¡Ánimo, todo tiene solución en esta vida! Piensa en cuáles son tus fallos como estudiante, sé constante, no te desanimes... los resultados tardan en llegar, y los fracasos sirven para adquirir experiencia, no para lamentarte.
Pide consejo a alguien con experiencia, realiza algún test de técnicas de estudio y perfecciona tus métodos como estudiante.
Quizá tengas problemas personales que te impiden concentrarte. Acéptalo y busca una solución, aunque a menudo no es fácil. Intenta desconectar de él cuando toca estudiar. Te juegas el futuro.
Si estás todo el rato pensando en una chica, estoy casi seguro que lo que más le agradaría es que no pienses tanto y que estudies con provecho, para ofrecerle algo valioso, que se sienta orgullosa de ti.
10. Y lo más importante...
Hay un punto de Camino, donde se afirma que “Una hora de estudio es una hora de oración”: este libro tiene muchos puntos, un capítulo entero, dedicado al aspecto sobrenatural del estudio. Te vendría muy bien considerarlo detenidamente.
Ofrece a Dios tu trabajo. Puede resultarte de utilidad tener un crucifijo o una imagen de la virgen delante. Te copio una oración para que la digas al comenzar a estudiar:
MADRE MÍA INMACULADA,
ASIENTO DE LA SABIDURÍA,
AYÚDAME A TRABAJAR,
CON ORDEN Y CONSTANCIA,
CON INTENSIDAD,
EN PRESENCIA DE DIOS,
CON RECTITUD DE INTENCIÓN,
Y AFÁN DE SERVICIO.TE OFREZCO ESTE RATO DE TRABAJO
PARA QUE SEA, DE VERDAD,
UN RATO DE ORACIÓN
Y POR ESTA INTENCIÓN CONCRETA.MADRE MÍA INMACULADA,
SAN JOSE, MI PADRE Y SEÑOR,
ANGEL DE MI GUARDA,
INTERCEDED POR MÍ
Así como cuando eras más pequeño te sentías a gusto cuando tu madre te observaba hacer las tareas, piensa que estás en la presencia de Dios y que te está mirando con cariño: no le defraudes.
Fuente: 10 CONSEJOS PARA SER UN BUEN ESTUDIANTE, Francisco González.
¿Tienes algún sueño? ¿Sabes que los sueños pueden hacerse realidad? Hay cinco pasos mágicos, como los dedos de la mano izquierda, para conseguirlo. Mira:
. Tenerlo: Si no tienes sueños, no llegarás a ningún lado. Nada te impulsará. No tendrás motivación ni nada te hará ilusión. Eso sería sobrevivir, no vivir.
· Explicarlo: Ya hemos visto lo esencial de comunicarse. Con tu familia, amigos, pareja. Explícate. Cada vez que lo cuentes, el sueño crece, parece más real.
· Escribirlo: Cuando escribes algo, puedes leerlo siempre, y esto hace que lo recuerdes. Así, el sueño adquiere fuerza, consistencia y contenido. Escribe los detalles, los imprevistos. El proceso. Te ayudará mucho escribir.
· Pensarlo: Tu mente tiene el poder de crear cosas. Es energía. Imagínate tu sueño. Visualízalo. Siéntelo. Si te emocionas con él, para ti ya es real. Ya lo ves en tu imaginación. Tiene un poder increíble. Todos los grandes sueños de esta humanidad antes fueron imaginados en la mente de un soñador.
Queda el último paso, el más importante de todos, la culminación de todos los demás.
· Trabajar con Voluntad: Necesitamos voluntad para conseguir nuestros sueños. Sin voluntad no hay felicidad. Sólo lo que consigues con esfuerzo tendrá valor para ti. Sin reto, sin emoción, sin entrega, no hay vida.
¿Qué es Trabajar? Trabajar es Perseverar. Tener voluntad para superar dificultades. Paciencia y humildad para saber que el cómo y el cuándo lo pondrá la vida. Tú céntrate en el qué.
Para ser o hacer lo que quieras, debes entrenarte, debes practicar, debes experimentar, debes trabajar. Pasa a la acción. Está muy bien saber cosas, leer libros, aprender y comprender nuevas ideas, pero lo que realmente te hará sentir bien, realizado, es llevar todo lo que sabes a la práctica, experimentarlo, vivirlo. Pasa a la acción ¡y alcanza tus sueños!
Fuente: Blog de AngelMaria.com, Título original Los Cinco Pasos para Conseguir tus Sueños.
Nuestra vida realmente funciona cuando aprendemos amarnos incondicionalmente a nosotros mismos.
Todo empieza a cambiar y a mejorar: nuestras relaciones, nuestra salud, prosperamos, nos vemos más hermosos, perdemos el peso que teníamos demás, cuando empezamos a aceptarnos, dejamos de criticarnos y empezamos a amarnos tal cual somos.
Pero al hablar de amor hacia nosotros, no quiero decir que seamos vanidosos, al contrario la vanidad es más bien miedo y por eso necesitamos de lo externo para sentirnos un poquito más seguros. Cuando nos amamos de verdad confiamos en la vida, nos sentimos merecedores de todo lo bueno y la vida responde a nuestros sentimientos.
El amor hacia nosotros mismos es tan esencial que debía haber sido una de las primeras cosas que hayamos aprendido en la vida. Cuando éramos bebes nos amábamos tal cual éramos, no nos criticábamos de nada, no pensábamos si estábamos gordos o si éramos lo suficientemente adecuados para algo, nos aceptábamos totalmente. Pero a la medida que íbamos aprendiendo de la vida, tal cual nuestros padres nos la enseñaban, aprendimos falsamente que no éramos adecuados o lo suficientemente buenos y empezamos a criticarnos. Pero era lógico, si nuestros padres no se amaban, como íbamos nosotros a aprender hacerlo, es entonces cuando aprendimos a no aceptarnos, a reprocharnos, a criticarnos y pensar que no éramos adecuados.
Al amarnos incondicionalmente y de verdad, escalamos en nuestra escala vibracional, nos sentimos bien y atraemos a nuestras vidas experiencias mucho más gratificantes que si no lo hiciéramos. Al amarnos nos permitimos tener buenas relaciones, prosperar y gozar de buena salud, puesto que la autoestima es la base donde se apoyan las relaciones gratificantes, el éxito profesional, la prosperidad y la salud.
Pero podemos aprender hacerlo ahora mismo, desde donde estamos en este momento: aquí tienen 7 acciones a seguir ahora mismo:
Empieza ahora y hazlo lo mejor que puedas. En realidad todo eso vendrá a tu vida cuando empieces a amarte.
Fuente: Blog de Alejandra Plaza, artículo "Amate a Ti Mismo"